San Juan Nepomuceno, representa al sacedote ejemplar.,
en algunas iglesias su imagen está a un lado
de la sacristía, para que los sacerdotes recuerden
sus sagradas obligaciones. Es patrono de la buena fama,
del honor de las personas y de los confesores (por haber
sabido morir.) Lleva su capa de armiño -que señala
al que prefiere la muerte a la impureza.- Dos pasajes
de su vida se encuentran representados en las pinturas
que figuran en este retablo. La que está a la
altura de la mesa del altar lo representa en su papel
de confesor de la Reina y la que se ve arriba de su
nicho, reproduce el momento en que su cadáver
fue arrojado al Río Moldava.
A los lados de San Juan Nepomuceno se encuentran las
figuras de cuatro sacerdotes -dos de cada lado- colocados
a diferentes alturas; los más cercanos casi al
mismo nivel que su nicho y los otros dos bastante más
abajo. Éstos van vestidos con sobrepellices,
largos puños plisados, estola al cuello y bonetes.

Del lado derecho aparece San
Lorenzo Levita, de origen español, fue diácono
de Sixto II, administrador de los tesoros de la Iglesia
y predicador. Murió mártir, asado en una
parrilla, en tiempos del Emperador Valeriano, entre
los años 258 y 260. San Lorenzo se considera
también como abagado de los diáconos,
o sea de aquellos que han alcanzado el grado inmediatamente
anterior al sacerdocio.
Del lado izquierdo aparece San
Pedro Arbués, que se distingue del anterior
por su mayor edad (murió a sus 43 años.)
Este santo canónigo de Zaragoza, uno de los primeros
inquisidores de dicha ciudad, fue implacable en su lucha
contra los judíos, asesinado por los mismos,
mientras oraba frente a un altar en el año de
1485.
Al lado derecho se encuentra la imagen de San
Félix mártir, sacerdote romano, quien
fue acusado del delito de magia porque estando ante
un altar de dioses paganos, éstos se hicieron
pedazos sin que el santo los tocara. Fue por eso decapitado
en la Vía Ostiense a principios del siglo IV.
Su cuerpo fue enterrado junto al de San Lorenzo, (San
Félix es el protector contra la idolatría.)
El otro santo es San Vicente
de Paul, representado con barba blanquesina, posiblemente
lleva una azucena o una cadena -que alude a la época
en que estuvo prisionero y esclavizado en Túnez-
tomada entre sus dedos. Se dedicó en París
a las obras de caridad y fue fundador de la congregación
de Padres de la Misión y de las Hijas de la Caridad
se le conoce como protecor de la infancia desválida.)

En el remate de esta composición se destacan 3 figuras de santos, colocados también en forma
piramidal, es decir, uno de ellos como cúspide
y los otros 2 a sus lados, pero en un plano más
bajo. Pues, bien estos 3 santos pertenecieron a la compañía
de Jesuscristo y el que se encuentra en la Peana, debe
ser San Francisco de Borja,
jesuita español heredero de la Casa Ducal de
Gandia y Virrey de Cataluña, por lo que se representa
con una especie de toisón -presea nobiliaria-
que cuelgua de sus hombros, sobre su hábito oscuro.
La imagen que aquí lo representa ha perdido
su bonete y algún objeto que llevaba en la mano,
tal vez el cráneo con Corona Imperial, -con el
que muchas veces se le representó- en recuerdo
del cadáver de la Reina Isabel a quien acompañó
a su sepulcro en Granada, o tal vez a la Corona Ducal
a la que renunció por entrar a la compañía
de Jesús. San francisco de Borja fue General
de su Orden, como pocos supo despreciar los valores
mundanos.
La imagen que está al lado de San Francisco
de Borja, es la de San Francisco
Xavier, otro jesuíta, conocido como el apóstol
del oriente, que misionó en la India y en el
Japón, pues lleva en la mano la cruz que distingue
a los misioneros. San Francisco Xavier recibió
el título de "Patrono de la Propagación
de la Fé" otorgado por Pío X, esto
y sus numerosos milagros y miles de almas convertidas
al cristianismo explica que se le venere en este altar.
Estos 3 santos vivieron en el siglo XVI y los 3 fueron
de los más destacados seguidores de San
Ignacio de Loyola. Las 3 figuras representan un
barroquismo discreto, San Francisco de Borja es la figura
más quieta, aunque adelanta suavemente una rodilla;
sus compañeros en cambio, como visten capa además
de la sotana, se ven rodeados de pliegues y paños
volantes.
(Continúa
con el Retablo de la Virgen del Pilar..)