Está localizado justo en la entrada principal de la Parroquia de Santa Prisca (lado derecho.) También se conoce como : Retablo de las Santas Vírgenes.- Así como el retablo de San
Isidro Labrador está dedicado a santos varones,
el de Santa Lucía, que forma pareja con él,
está dedicado a santas doncellas mártires.
Razón por la cual los cuatro ángeles balbasianos
que forman parte de la ornamentación van portando
palmas de martirio. En el nicho central encontramos
a la Santa principal del retablo, que es Santa Lucía,
cuya devoción ya existía en el primitivo
templo de Taxco en donde también había
un altar dedicado a ella. Esta doncella de ilustre familia
de Siracusa, Sicilia, fue martirizada por orden de Dioclesiano,
a principios del siglo IV.
A la derecha de Santa Lucía se destaca a Santa
Bárbara, doncella de Nicomedia, decapitada
por su padre hacia el año 306, porque a pesar
de haberla encerrado en una torre para impedir que siguiera
profesando la fé católica, la santa continuó
con sus prácticas religiosas. Se invoca especialmente
cuando hay tormentas, contra los rayos, porque al parecer
su padre quién fue también su verdugo,
cayó herido por un rayo mientras la mataba; aunque
también es abogada contra los incendios y patrona
de los artilleros, mineros y canteros. Razón
por la cual los mineros de Taxco le tienen tanta devoción
a esta santa, dentro del templo de Santa Prisca.
Al
lado izquierdo de Santa Lucía se encuentra Santa
Catalina de Alejandría, mártir muerta
el año de 307, de familia noble a quien el emperador
Magencio mandó decapitar después de varios
tormentos.
Se le considera como patrona de la filosofía,
y la mayor parte de las veces está representada
con la cabeza de Magencio a sus pies, significando que
éste fue vencido por la sabiduría de la
santa. Es conocida también como patrona de los
notarios.
En la cúspide de la composición portando
un estandarte, sobresale la figura de Santa
Úrsula, noble hija del príncipe de
Bretaña, martirizada por los hunos hacia 383
en Colonia, en compañía de sus compañeras,
que la leyenda ha aumentado al número de 11,000
vírgenes, hecho por el cual se la considera la protectora de las doncellas por excelencia.
En el medallón circular que queda a los pies
de la imagen de Santa Úrsula emerge el busto
tallado de la candorosa Santa
Inés, virgen cristiana martirizada hacia
el año 304 durante la persecución de Dioclesiano
o tal vez durante la de Séptimo Severo, hacia
el año 211.
Murió decapitada a los 13
años de edad después de haber querido
quemarla inútilmente. Siempre se le representa
por un cordero en sus brazos, porque después
de muerta se apareció con el Cordero Divino ó
porque su nombre: Inés ó Agnes, es muy
semejante al de Agnus: Cordero. Dada su tierna edad
esta santa se considera protectora de la pureza y de
las doncellas.
Santa Lucía, dentro de su nicho, es la que tiene
mayor movimiento y levanta su rostro al cielo. En todas
estas imágenes la expresión de los rostros
es estática.
(Continúa
con el Retablo de San Juan Nepomuceno...)