Si se preguntan el ¿por qué el nombre? de: Capilla de los Naturales, esto es debido a que en la época en que José de la Borda construía la Parroquia de Santa Prisca, para evitar mezclar a la Aristocracia con los indios ó naturales de Taxco, Borda les construyó su propia Capilla, Actualmente la gente taxqueña la conocemos con el nombre de: Capilla de Padre Jesús y asi mismo es intenso el fervor a la Imagen de Padre Jesús, dentro de la propia Capilla.
Este retablo está dedicado a la Pasión
de Jesús Nazareno, y por eso; todos los personajes
y santos en él representados actúan claramente
para exaltar y conmemorar los terribles momentos de
la Pasión y muerte del Salvador.
Al centro vemos
la pintura principal que representa la figura de Cristo
con la cruz a cuestas y representa la figura de Cristo
con la cruz a cuestas, ya sangrante y coronado de espinas,
en su camino por la calle de la Amargura hacia el Calvario,
asistido por algunos amorcillos. La pintura de la parte
alta representa a Cristo agonizando en la cruz.

A los lados de este dramático lienzo aparecen
dos caballeros judíos ricamente vestidos, que
retratan -según creemos- a Nicodemo y a José
de Arimatea, pues ambos fueron quienes recogieron, amortajaron
y sepultaron el cuerpo de Jesús.
Nicodemo era jefe judíer en la época de Jesús,
según San Juan, y pertenecía a la secta
de los fariseos. siendo miembro del Sanedrín. Debió ser rico e influyente. Jesús habló
una noche con él y lo llamó maestro del Sanedrín, pero su persona no vuelve a
aparecer en la historia sagrada sino hasta el momento
en que expiró el Salvador. Entonces se ocupó,
junto con José de Arimatea,
en enterrarlo Llevó una composición de
mirra y áloe para perflimar el cadáver,
por lo que en esta representación llevaba un
copón en la mano, que actualmente ha perdido.
Según la leyenda, más tarde Nicodemo fue
bautizado por San Pedro, y expulsado de Jerusalén
-hay que recordar que el destierro por motivos religiosos
también se considera martirio- y vivió en compañía
de Gamaliel.
José de Arimatea nació
en la ciudad de ese nombre y se le llama discípulo
de Jesús, para distinguirlo de los demás
personajes bíblicos que llevan ese nombre. San
Mateo y San Lucas hablan de él en sus evangelios.
Era de buena posición, justo y piadoso, miembro
también del Sanedrín. No podía
aceptar la condena de Jesús, pero por miedo a
los judíos no se había declarado abiertamente
discípulo del Salvador. Sin embargo después
de la muerte de éste, se presentó ante
Pilato para reclamar el cuerpo, que le fue concedido
después de que un centurión confirmó
que Cristo ya no tenía vida. Por eso en esta
escultura José de Arimatea lleva unas pinzas
en la mano, pues se supone que él fue quien desprendió
de la cruz el cuerpo de Jesús.
En compañía de Nicodemo envolvieron el
cuerpo perfumado en un lienzo de lino fino y lo sepultaron
en la propia tumba que José había hecho
para él, tallada en la roca, en el jardín
de su casa. Este fue el primer cadáver enterrado
en la tumba nueva del "hombre rico", como
profetizó Isaías, y desde entonces se
la llamó el Santo Sepulcro. José
de Arimatea figura en el martirologio romano desde 1585.

Probablemente la figura de un hombre, que emerge hasta
el busto, de un medallón que se encuentra debajo
de la pintura de la Crucifixión y en un nivel un poco más abajo que el de los
personajes anteriores, pudiera ser el profeta Malaquías.
Nada se sabe de su vida; pero dejó un breve libro
en el que -muy de acuerdo con la corriente monoteísta
de su época- habla de un "sacrificio puro"
sin sangre, en contraposición a los del Antiguo
Testamento, y todas las condiciones que expone se cumplen
en el santo Sacrificio de la Misa. Pero no tenemos mayor
seguridad en esta suposición, pues el personaje
lleva un copón o cáliz en una mano y no
hemos podido saber por qué.

Los espléndidos relieves de las pilastras corresponden
a dos momentos sobresalientes de la Pasión de
Cristo; conocidos como La Flagelación y el Rey de Burlas, que conmemoran
los acontecimientos inmediatamente anteriores a la Crucifixión,
que son los siguientes: Cristo fue atado a una columna
y azotado por los centuriones de Pilato antes de que
éste lo entregara a la plebe para crucificarlo.
En seguida los soldados lo llevaron dentro del atrio,
al pretorio, y lo vistieron de púrpura y le ciñeron
una corona de espinas y se burlaron de él, gritándole,
i Salve rey de los judíos!; mofándose,
lo hirieron y lo escupieron.

Abajo de estos relieves aparecen -de talla entera-
las imágenes de la Virgen
María y San Juan Evangelista, quienes, como ya hemos
dicho al analizar el retablo de la Virgen de los Dolores,
acompañaron a Cristo en el momento de su muerte.
A los lados del pequeño manifestador hay ángeles
balbasianos; uno tiene dados en la mano y el otro un
guante; ambos símbolos pasionarios. En las peanas
o bases de las pilastras se destacan dos medallones
circulares, hoy vacíos, pues los relieves que
estaban dentro de ellos fueron inicuamente robados.
La mesa del altar muestra en su frontal tres medallones
con diversas insignias pasionarias. En el primero de
ellos se ven: una antorcha, dinero y un guante; en el
segundo: una columna, un gallo, una lanza y un hisopo,
y en el tercero: los azotes, la linterna y la palma
del martirio.

En la parte inferior del Retablo, podemos encontrar practicamente todo el año, a las 4 Imágenes que complementan el mimo: San José, el Señor de la Columna, Padre Jesús y el Señor de la Resurrección (en ocasiones acompañados por ángeles)
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